En el Blog de hoy quiero contarles
sobre una experiencia que tuve con las Galletas Decoradas. Esta vez no
era yo quién las pintaba sino un grupo de 20 niños de 2 años quienes tenían la
tarea de decorar su propia galleta.
La historia comienza cuando una de
mis amigas me llama para decirme que su hijo es el "Niño de la
Semana" en su guardería. Esto significa que durante toda la semana
el niño es el más importante de su curso y debe realizar diferentes
actividades, una de ellas es que un día su Mamá tiene que llevar piñata, dulce
y comida para celebrarle, como si fuera su cumpleaños y lo más importante,
llevar una actividad manual para que hagan los niños. En este último
punto es donde intervengo yo... A mi amiga se le ha ocurrido la gran idea de
llevarles galletas y icing de colores para que ellos las pinten y se la puedan
llevar a su casa como su gran obra de arte; a mi me parece genial la idea
porque en casa cuando estoy haciendo mis pedidos de galletas a mi hijo de 3
años le encanta sentarse a pintarlas conmigo (es un gran ayudante!) por lo que
siempre tengo que hacer una galleta extra para que él pueda explotar toda su
creatividad pintándolas.
Para continuar con la historia,
organizamos todo para llevarles a la guardería galletas grandes en forma de
estrellas de fondo azul y les llevamos icing de colores con palitos de madera
para que hicieran su gran obra de Arte. Cuando ya estaban todos sentados
en la mesa juiciosos con la expectativa de cual sería la actividad, les pusimos
un platico con su galleta de estrella y Oh! que emoción! Galleta!
Pues si que los niños cuando la vieron solo pensaron en comer galleta!
Por favor, no se la coman!! Les decíamos mi amiga y yo!
Tenemos que pintarlas primero. Estuvimos a punto de que se
arruinara la actividad porque se la querían comer antes de empezar y era
de esperarse, un niño de 2 años frente a una galleta dulce solo piensa en
comérsela.
En ese momento la Teacher tuvo que
intervenir y con su voz fuerte y regañona les dice "no se coman la
galleta, vamos a pintarla primero" y así comenzamos a pasarles los
palillos y los icing de colores para que le pusieran encima haciendo puntos,
rayas o lo que se les ocurriera.
Al terminar les esparcimos un poco de
bolitas de colores (sprinkles) para decorar. Le recogimos a cada uno su
galleta para ponerlas a secar y que se la pudieran llevar a casa. Para
que se olvidaran un poco de comer la galleta y las dejaran secar, sacamos el
dulce para cantar el cumpleaños y las otras cosas que mi amiga les tenía de
comida y después se fueron al patio a darle a la piñata. Mientras todo
esto pasaba se alcanzó a secar la pintura de las galletas y las empaqué en sus
bolsitas individuales. La verdad, para mi, quedaron hermosas! Las vi más
bonitas que cualquiera de las que he hecho, tal vez por la satisfacción que me
daba ver que los niños estuvieran haciendo algo que yo disfruto tanto como
pintar galletas o porque me recordaba a Antonio (mi hijo) en la cocina conmigo queriendo
aprender algo de Mamá, pintar galletas y cocinar.
Adjunto algunas fotos para que
entiendan un poco esta experiencia.
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